LA LUZ Y EL AMOR

LA LUZ Y EL AMOR

LA LUZ Y EL AMOR

LA LUZ  Y EL AMOR
De repente, se puso a llover con fuerza. A indicación del maestro, todos corrieron a refugiarse en el templo. Tomaron asiento para continuar escuchándolo. De golpe, se fue la luz y se quedaron en penumbra, mientras una ráfaga de aire abrió las ventanas y apagó las lamparitas de aceite que iluminaban el altar. La sala quedó completamente a oscuras. El monje se puso en pie y con una cerilla encendió una especie de candil. Cerró todas las hojas de los ventanucos. Repartió velitas entre los asistentes que las acogían entre las palmas de la mano como en un acto de oración. El maestro prendió la suya y compartió la titilante llama con el que estaba sentado primero, y este, a su vez, con el de al lado, de manera que unos iluminaban a los otros. Simbólicamente transmitió una sutil enseñanza: la luz, como el amor cuando se comparte, se multiplica.

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